Rompiendo un foco.

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viernes, 21 de enero de 2011

La publicidad desmedida del "Chapo Guzman".


1. En México los medios de información ganan mucho dinero en venta de publicidad hablando todo el día de narcotráfico, de las muertes “por juego cruzado” (van 40 mil) y de la inseguridad. Las primeras notas del día y las últimas de la noche son sobre las hazañas del gobierno y de los narcos en la guerra por el control de plazas.

Son notas con decenas de millones de radioescuchas y televidentes “bien educados” para ver “la nota roja”, así como en las notas deportivas y las telenovelas; pero además con la paciencia para ver toda la publicidad que paga. Los periódicos que más venden, la radio que se escucha y los canales que más se ven son los que esencialmente se dedican a difundir ese tipo de programas que entretienen, pero también embrutecen. Nadie nace con un tipo de educación o pensamiento, sino que éste se adquiere a través de la vida y quienes son los encargados de propagarlo son principalmente los medios de información.


2. El Chapo es conocido en México y en el mundo como gente “súper mala” por tener el título de narcotraficante, título aún no registrado en la academia; pero con dinero (como uno de los personajes multimillonarios de la lista de Forbes) se puede convertir en una persona “súper buena”, tal como muchos gobernantes y empresarios que realizan obras sociales con “dinero sucio”. En última instancia todo lo que nos rodea es “de acuerdo con el cristal con que se mira”. Pienso que la Comisión Electoral del IFE no podrá aceptar su inscripción como candidato “porque es un delincuente”; pero él y sus abogados podrían argumentar que han habido muchos empresarios, funcionarios, hasta presidentes, del mismo título; y, tan peligroso podría ser El chapo para sus socios en este campo, que podría dar la lista de sus colegas a Wikeleaks para su publicación. ¿O piensa alguien que de las sumas millonarias de las campañas es poco el “dinero sucio”?


3. La clase política en México, así como el gobierno de Calderón, está tan devaluada que nadie cree que el gobierno esté combatiendo en serio a la llamada delincuencia. Se observa que sólo es un pretexto para mantener al ejército en las calles y tener vigilado el país para evitar cualquier levantamiento de descontento. Después de más de cuatro años de guerra, que ha provocado 40 mil muertes, un enorme sector de la población exige que se regrese al ejército a sus cuarteles. A veces se argumenta que tras toda la guerra y la enorme publicidad, se encuentra un acuerdo para esperar que Calderón concluya su sexenio sin tener que renunciar. Por eso se pregunta: ¿cuántos candidatos plenamente ligados al narco buscarán ahora penetrar más en la clase política? Por eso pareciera que con tanta publicidad de El Chapo y la preferencia que tiene el presidente Calderón por el cártel del occidente con centro en Sinaloa, pudiera ser candidato.
4. Alguien preguntaría: ¿Por qué se asustan los mexicanos en que llegara El chapo a ser presidente si los han gobernado delincuentes, incapaces, asesinos, defraudadores y sus protectores, payasos, devaluadores, entreguistas, etcétera? ¿No son acaso los presidentes y sus secretarios de Estado los que más muestras de corrupción han enseñado a través de la historia? Si alguien se dedicara a investigar en serio la corrupción presidencial en México y no sólo de los casinos de Calles, de ciudad Satélite de Alemán, el Cancún de Echeverría, del despilfarro y riquezas de López Portillo, de los gigantescos de desfalcos de los Salinas, del enriquecimiento familiar de Fox y de los propiedades que empiezan a aparecer de Calderón, tendríamos en que ningún presidente o alto funcionario podría salvarse del título de delincuente. Es el título más honroso de los grandes funcionarios mexicanos, entonces, ¿Por qué El chapo no podría ser candidato y presidente?


5. El chapo -propagan ampliamente los medios- tiene el control del 80 por ciento del narcotráfico en México y en estos días nos hemos enterado de que ha penetrado en decenas de países de Latinoamérica. Más aún, los más profundos investigadores en este campo, analizando el número de narcos encarcelados y muertos por el ejército- aseguran que el gobierno de Calderón mientras protege al sector de El chapo que controla Sinaloa y la región del pacífico mexicano, persigue a los enemigos de El chapo que controlan el sector del Golfo de México. Se puede decir que El chapo es de filiación panista porque se fugó durante el gobierno panista de Fox y ahora es protegido por el gobierno panista de Calderón. Quizá esa militancia ha hecho que se hable de la posibilidad de su candidatura. ¿Se imaginan cuántos millones de votos podría comprar con su dinero, cuántos regalos y chambas podría repartir para ganar voluntades?


6. En México, como sucedió en Colombia y otros lugares, los narcotraficantes cuentan con una amplia base social porque reparten “ganancias”, cosa que no hacen empresarios y políticos. Han hecho tanta campaña por su causa de Robin Hood o “Chucho el roto”, que los campesinos y los más miserables los protegen del gobierno y cuando mueren algunos son convertidos en “santos”, tales como Valverde, Gaviria, Nazario, La tuta. La realidad es que es muy grave que en México se esté pensando en que El chapo –siendo conocido como un capo internacional- pudiera ser presidente o alto funcionario; pero luego se olvida que en México ha habido presidentes peores. ¿Qué hacer para garantizar que México no siga siendo gobernado por delincuentes de larga carrera política? ¿Se necesitan sólo cambiar las leyes sin que la población tuviera conciencia? O es precisamente lo contrario: que la población cambie las leyes a partir de su conciencia.


7. Tan desprestigiada ha sido la política que han enseñado en México el PAN y el PRI que cualquier locura cabe. Pareciera que a nadie le importa que sexenio tras sexenio el país sufra condiciones cada vez más desastrosas: que la producción sea muy inferior, que el desempleo crezca, que los servicios de salud y educación sean cada vez más deficientes, que la población tenga que migrar y que la pobreza y la miseria estén llevando a más muertes por desnutrición y enfermedades curables. Hay una minoría que con sus negocios obtiene gigantescas ganancias y que cuenta con altos ingresos; esa minoría es la que se opone con sangre y fuego a las transformaciones sociales. Desde siempre los empresarios y políticos se han quedado con las riquezas del país, pero en los últimos 25 años la situación se ha agravado; a tal grado que hoy cualquiera puede adueñarse del gobierno y del poder y hasta gobernar seis años. ¡Qué jodidos estamos!.

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